Querido costalero, hermano y amigo:
Hoy me gustaría que a las cuatro y media nos reencontráramos en el lugar de siempre. Que nos diéramos ese abrazo que recarga energías y reconforta el alma, que calma los nervios. Hoy me gustaría que entrásemos de la mano, unidos mas que nunca en lo que nos apasiona, en lo que nos quita el sueño. Volveremos más fuertes.
El tiempo que nos ha tocado vivir es duro. Miles de familias sufriendo por sus seres queridos, muchos con futuros inciertos, demasiados con la angustia y la pena de quien no encuentra consuelo. Para los que tenemos una suerte de vida, sin duda es un tiempo de reflexión, de encontrarnos con nuestras vidas y darles, ahora más que nunca, el sentido que necesitan. Y sobre el pilar de la fe tenemos la suerte de poder empezar, de construir o de renovar lo que teníamos. Ahora más que nunca, valoraremos todos esos momentos que estamos dejando en el camino. Pasar del todo a la nada, para en la nada, buscar el todo. Volveremos más fuertes.
Están y seguirán siendo días difíciles. La chicotá de la vida que nos decimos cuando vienen momentos apretados. Pero como hombres que cada miércoles de esos que son santos porque son un regalo divino se dejan la piel y el alma en la trabajadera, nos toca pelear por los nuestros. Por los que se fueron en estos meses, por los que han tenido la dicha de nacer en estos días, por aquellos que vendrán y los que están. Por los que pelean por la enfermedad y los que le ganaron la batalla (mi eterno recuerdo para Pica, la persona que más admiré siempre dentro de mi hermandad). A cada una de vuestras mujeres, madres, abuelas, hijas o tías que soportan con vosotros el peso de la incertidumbre, pegaros con ellas a los costeros, como buenos costaleros.
Volveremos más fuertes. Estoy completamente convencido. Y os estaré esperando para daros ese abrazo a las cuatro y media de la tarde para que todo vuelva a tener sentido. Mientras todo eso pasa, que el Señor en su Sagrada Flagelación y su Madre bendita de la Amargura nos cuidaran.
Ahora más que nunca, siempre de frente.
Un abrazo enorme.