El escultor jerezano Antonio López Ramírez, nos ha presentado estos días uno de sus últimos trabajos. Se trata de una dolorosa que bajo la advocación de la Estrella, está realizada para culto privado y que irá a parar hasta la ciudad de Arcos de la Frontera. La talla está realizada en madera y barro cocido policromado midiendo 165 centímetros. Su bello rostro nacarado, denota dulzura a la vez que un llanto compungido que quizás evoque al estilo de imagen realizada para un barrio, pues al mismo tiempo se muestra con fuerza y ternura.
Una imagen que aunque sea para culto privado, podría ser perfectamente titular de cualquier corporación que se prodigue. ¿No creen?