Comienza una vez más el año litúrgico, una vez más un nuevo adviento nos llega y una vez más el mundo cofrade, en su mayoría, se echa lastre encima, no dando la importancia que tiene, ni entendiendo el significado de nada, pues al final va a ser verdad eso de que solo se piensa en pasitos.
Quiero dejar un testigo con estas letras, a todo cofrade que me lea; no es otro que, cada cosa tiene su espacio y su momento y por más que muchos se vanaglorien de ello no se puede ser tan “jartible”, sobre todo porque, de esa denominación, a la estupidez suele haber una línea muy fina, una línea llamada ignorancia.
Esta exposición es debida, porque no se puede estar desde ya, diciendo que llegue las noches de ensayo y domingos de besamanos, que pase el rey Baltasar, que no me gustan estas fiestas, así como un sinfín de formas de expresar lo mismo que en definitiva es que llegue cuaresma.
Resulta gracioso, esos comentarios, de personas que al día siguiente te dicen: <<que de procesiones hay en el año>>, mostrando así su incoherencia, pero aparte de eso lo curioso es, que esos comentarios parecen diferenciar cuaresma de adviento, cuando precisamente no pueden estar más próximas en lo espiritual, pues son tiempos preparatorios, para la posterior celebración de la pascua, pero como ocurre más de lo que debiera, el sentido de las cosas no importa o más bien no interesa.
La sociedad actual vende cada día divinamente, que cada uno opina lo que quiere y expone sus gustos y preferencias cuando quiera, y está bien, pero lo que no puede ser es el nivel de falta de formación que se palpa día a día y obviamente a los cofrades les ocurre lo mismo.
Esto me hace preguntarme ¿Cómo pretenden algunos dar y/o buscar sentido a la vida, si cuestiones que tienen un significado y sentido, no se lo dan?.
En definitiva, y dicho por un cofrade, que el tiempo que nos abarca es precioso para un sinfín de cosas (sin tener que explicarlas ahora), al igual que la cuaresma, para mejorar como personas y para prepararnos para la llegada de Cristo, y no solo la conmemoración de su nacimiento, aunque a lo mejor esto no se sabe, visto lo visto y oído lo oído.
Como decía al principio, cada cosa tiene su espacio y su momento, y además su significado, su sentido y en última instancia su trascendencia en lo espiritual, y si no es vivido así, todo pierde su razón de ser, los pasitos también; y no es que lo diga yo pero para ser buen cofrade habrá que ser antes buen cristiano ¿o no?.
PD: Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla