La gaditana Banda de Cornetas y Tambores «Nuestra Señora del Rosario», cumple en este mes de mayo sus primeros 25 años de historia. Un periplo que comenzó en 1996 bajo el título de Humildad y Paciencia, para posteriormente en 1998 cambiar su denominación acogiendo al de la patrona de la Tacita de Plata.
El colectivo fue creciendo de manera exponencial, marcando unos registros que poco a poco la fueron situando en multitud de cofradías de la propia ciudad de Cádiz y la provincia.
Bajo la dirección musical del recientemente fallecido Sergio Larrinaga Soler, la formación fue trabajando adoptando el estilo de la siempre grandiosa Banda de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, que la amadrinó y con quien compartió autores además asesores musicales -entre los que destacaban Jorge Águila e Isaac Gómez-.
Podemos encontrar un gran número de trabajos discográficos entre los que se recopila gran parte de su repertorio propio: «De tu humildad un Rosario», «En nuestros corazones», «Sentirse Rosario», «Eternidad» y el último «Devoción».
Posiblemente sea la marcha «Eternidad» la que pusiera en tiempo y forma a la banda en su sitio, aunque bien es cierto que ya anteriormente siempre despuntó por su peculiaridad, potencia y afinación.
Centrándonos en la Semana Santa de Jerez, el grupo gaditano aterrizó en nuestra ciudad alla por inicio de la década, donde acompañan al paso de misterio del Desprecio de Herodes manteniéndose tras la bella imagen hasta el año 2005. Durante estos años se fragua y escribe una de las marchas dedicadas a la cofradía del Domingo de Ramos y que tiene como título «Consuelo» debiéndose la autoría a Jorge Águila e Isaac Gómez. Al mismo tiempo los músicos aterrizan también en la Hermandad de la Exaltación a quien le dedican la composición «La Pasión del Barrio» de los mismos autores.
En 2005 se cierra una primera etapa de la banda en nuestra ciudad, aunque bien es cierto que dejan huella en el colectivo del Domingo de Ramos donde se había creado un binomio inseparable, de donde nace también la marcha «Gloria a Tí, Señor del Consuelo»de Francisco Jesús Serén, también director musical desde esa fecha hasta la actualidad.
Se inicia un período donde el grupo musical «desaparece» de la Jerez, aunque cabe destacar la numerosa participación en distintos conciertos y certámenes de la ciudad. Así mismo, en 2011 se convierten en padrinos de la Banda de Cornetas y Tambores «Santa María Magdalena», formación jerezana que tras muchos periplos decide marcar el estilo de los gaditanos y de donde bebieron durante su historia hasta su desaparición en 2016.
El año 2012 supone el regreso a nuestra ciudad de la formación, que lo hace tras la portentosa imagen del Santísimo Cristo de la Sed de la hermandad del mismo nombre, en esas fechas aun agrupación parroquial. Esta etapa marca también la subida de nivel que venía ya trabajándose en la propia banda que estará acompañando al crucificado de Elías Rodríguez Picón hasta el año 2018, vísperas de su incorporación a la Carrera Oficial. A la cofradía se le dedica la composición «Al Amparo de tu Sed» de Antonio Manuel Baquero Ramírez y estrenada en 2015.
Las sensaciones son tan buenas, que al siguiente año en 2013 Rosario de Cádiz y el Transporte vuelven a unir sus caminos. Lo hacen con la profunda sensación de ese hijo que vuelve a casa tras haber estado fuera y exactamente, esa unión permanece hasta nuestros días. De la misma han nacido varias composiciones musicales como «Herodes» de Manuel Jesús Guerrero y la última nacida de las manos del mismo autor: «Consuelo a tu barrio, Señor».
Y en ese mismo 2013, se llega a un acuerdo por el cual la banda llega al Martes Santo jerezano para poner sus sones al misterio de la Hermandad del Amor, al que acompañan hasta 2015. De esa unión nace otra de las marchas «buque-insignia» de la banda llevando por nombre «El Amor» y escrita por Sergio Larrinaga.
En definitiva, una historia que sigue escribiéndose y que ha hecho que el colectivo gaditano crezca en todos los sentidos, consiguiendo tener contratos de altura en Sevilla, Cádiz y nuestra ciudad, donde esperamos sigan visitándonos durante muchos años, durante una eternidad.