Alejandro Ivison Castaño.- Vivimos una época difícil, una época marcada por una crisis económica, que ha llevado al gobierno de nuestro País a realizar una serie de recortes económicos que principalmente han afectado a la cultura, sanidad, educación, ayudas sociales, pensiones, servicios públicos, etcétera., que al fin y al cabo son servicios fundamentales y básicos.
Sin querer entrar en debates políticos, ya que no es esa la finalidad de éste artículo, ni de esta web, traigo aquí este tema de los recortes económicos, a raíz de una conversación que mantuve hace poco con un amigo sobre una conversación que mantuvo el con un Hermano Mayor, el cual le comentaba que el año que viene seguramente recortaría el presupuesto destinado a los cultos porque entendía que no merece la pena hacer tanto gasto para que después fueran pocos hermanos los que asisten a los cultos.
Después de reflexionar sobre el tema de la escasa asistencia a los cultos que se da en algunas hermandades, y que daría para otro artículo, o quizás para mas de uno, me puse a pensar sobre el hecho del que hablaba anteriormente.
A mi, personalmente eran varias dudas las que me asaltaban: ¿montamos los altares de culto para los hermanos, fieles y devotos?, ¿montamos estos altares para deleite de unos pocos? En estos casos, el recorte económico puede estar más que justificado, pero… ¿acaso no montamos los altares para Mayor Gloria de Nuestros Sagrados Titulares? En ese caso, no veía ni creía conveniente escatimar recursos a la hora de montar estos altares.
Yo soy de los que piensan que no se debe escatimar en los cultos de una Hermandad, y menos aún, teniendo en cuenta que después no escatimamos en otras cosas que quizá sean menos importantes.
Por suerte, soy de los que intentan acudir cada vez que puede a los cultos de las distintas hermandades de las que soy hermano, e incluso en ocasiones a los de alguna Hermandad a la que ni siquiera pertenezco, y puedo comprobar como todavía hay Hermandades que dan a cada momento la importancia que merece y requiere, y entonces pienso que no debo estar tan equivocado.
FOTO: FERNANDO MORALES FRANCO