Tengo yo un amigo al que siempre le doy la murga con la misma historia.
Una de esas personas que nunca jamás tiene mala cara para nadie y que siempre guarda un abrazo para saludar. No es porque sea él, pero denota honestidad y bondad allá por donde pasa.
Mi amigo no es de esos amigos con los que me voy de copas, ni de juergas hasta las tantas, pero que eso no hace falta, para saber qué está ahí siempre, para darte consejos.
A mi amigo siempre le dió por escribir. Su inspiración las cosas de nuestra tierra, pero sobre todo, la cercanía a Cristo y María, cómo hombre robusto de fe.
Hace poco más de un año -lo impensable de las cosas- bromeábamos con esta situación, recurrente para sacarle de sus casillas. La modestia de mi amigo, dejaba claro lo que yo siempre pensaba: alguna vez tenía que ser.
Y así fue. Tu minicuento comenzó ayer. Una historia que estoy seguro, que vivirás con el orgullo y la satisfacción de partirte el pecho en el Villamarta, con lo mejor de ti.
Muchas felicidades Ángel, sabes que me alegro de corazón.
¡Ah! ¡Se me olvidaba! Enhorabuena al Consejo por el nombramiento, que siempre sale apaleado por muchas cosas pero cuando es de recibo acordarse de ellos, nadie lo hace.