Adrián Zurera de la Peña.- Dentro de dos días, se vive una jornada festiva en nuestra ciudad. Los más jóvenes no asisten a clases, algunos no trabajan y casi todos no saben por qué. ¡Es nuestro día! El día de todos los jerezanos y ante todo el día de nuestra patrona, La Virgen de la Merced.
Sabemos la localización de su sede, la cual se halla en la calle Merced, en concreto la basílica del mismo nombre que la virgen, la Basílica de la Merced -justo al lado del centro educativo Santa Isabel de Hungría-. Pero lo que muchos desconocen –quizás por falta de difusión o desinterés de los mismos- es el pésimo estado en el que se encuentra la fachada e iglesia en general, ya que está en estado de derrumbe. Aun así, nuestra patrona procesionará en su día y desde su sede.
La patrona de Jerez, este año saldrá a las calles de su ciudad sin su característico templete, como reivindicación sobre lo comentado con anterioridad, ya que el día de su salida procesional lo hará con su fachada repleta de andamios. Sumándose estas obras a la de la Iglesia de Santiago, la Capilla del Cristo del Amor, la Capilla de la Yedra y a la Ermita de San Telmo.
Muchos afirman la falta de apoyo por parte de ellos, debido al escaso uso que realizan por su parte de nuestras Iglesias o al desacuerdo con el cristianismo. Ahora, es cuando me atrevo a pedir la colaboración de todos, porque las Iglesias no son solo de los cristianos, no es solo la Casa de Dios, sino la casa de todos los jerezanos. Es parte de cada uno de nosotros, de nuestra historia, imposible de entender si no fuera por nuestro legado cristiano al igual que árabe, tartesso, romano y un largo etcétera de civilizaciones que por nuestra maravillosa tierra han dejado su huella.
A todas aquellas personas que no compartan esta manera de entender la fe de nuestra ciudad, les animo a aportar su pequeño grano de arena para la recuperación de nuestros templos, pues al igual que otros centenares de monumentos, son obras de artes valiosísimas y marca de nuestra identidad, los cuales necesitan de nosotros para que nuestros descendientes los disfruten como nosotros lo hacemos. La historia, marca nuestro ser.
Ahora, toca disfrutar de nuestra Patrona, de su día, de un día en familia por el maravilloso casco histórico de nuestra ciudad. También, tenemos el deber de cuidarlo.