Manuel Jesús Elena Hernández.- Las tradiciones se mantienen en los tiempos … si los niños juegan con ellas. Esta frase con la que hoy empiezo a escribir la leí hace unos días en el muro personal de facebook de un capataz de Sevilla. Me impacto tanto que me hizo pensar la importancia que tiene ese grupo infantil en el futuro de la cofradías , pues son los niños esas semillas que ofrecerán los frutos del mañana.
Los niños son ese sector que debe disfrutar al máximo de las cofradías y de todas las tradiciones que las mismas engloban, pues son ellos los que con su inocencia actual ocuparan cargos con responsabilidad en el futuro, cargos que deben ocuparse con la garantía del buen hacer para nuestras corporaciones.
Son varias las hermandades que a día de hoy y con muy buen criterio (en mi opinión) están ofreciendo actividades al segmento mas joven de su censo de hermanos. Cuando pasa la Semana Santa y el mes de abril llega a su ecuador, son varias la cofradías que preparan la Cruz de Mayo, siendo protagonistas de las mismas los niños y jóvenes de nuestras hermandades, sintiéndose ellos mismos responsables de sus labores con esa ilusión que solo los niños son capaces de sentir y transmitir. En redes sociales se ven convocadas las igualas que formaran las cuadrillas de dichas procesiones, en las que jóvenes en edad de cursos de secundaria ejercerán el que para mi es el trabajo mas bonito del mundo.
Es muy importante que los niños tengan actividades principales en las cofradías, ya que así acudirán con frecuencia por la casa de hermandad, compartirán sus ilusiones con sus padres al llegar a casa y de la misma manera con sus compañeros de clase al día siguiente, siendo esa ilusión el motor que llevara a buen puerto el futuro de las cofradías y nuestra Semana Santa. Una buena formación en estas edades tempranas garantizan calidad cofrade y cristiana en los próximos años.
El futuro costalero esta garantizado, pues cofradías como la Lanzada, la Clemencia, la Sed y el Soberano Poder, convocan todos los años a esos niños costaleros a las igualas de sus cruces de mayo, obteniéndose una alta participación en las mismas.
Si nos responsabilizamos sobre el futuro costalero, aquellos que ya no somos tan jóvenes debemos saber formar a los niños, a esos niños costaleros, haciéndoles ver que la costalera es una forma de vida, forma de vida en la que se debe ser honrado, generoso y cristiano, llevando la devoción por las calles de la manera mas digna posible.
Dios nos tiene garantizado un buen futuro, pues las tradiciones se mantienen en los tiempos, mientras los niños jueguen con ellas, demos gracias a Dios por estos niños, demos gracias a Dios por los niños costaleros