Hace aproximadamente dos años, en el Ciclo de caridad Esperanza de la Yedra” que se celebra en la Hermandad de la Yedra, se impartió en primer lugar una charla cuya ponente fue una técnico de Cáritas, cuyo fin fue explicar la acción que realiza dentro de nuestra ciudad y diócesis, pero como segunda charla me gustaría hacer incapié en la que nos ofreció de manera magistral Monseñor Don Giovanni Lanzaffame, experto mariológico – especialista en la vida, advocaciones y milagros de María- casi al finalizar su ponencia, comentó que cuando lo llaman para hablar con los jóvenes de las cofradías de Sevilla, siempre le hacían la misma pregunta, «Don Giovanni ¿Para usted cuál es la virgen más bonita y más importante, la Esperanza de Triana o la Esperanza Macarena?» A lo que él contestaba de manera reiterada que para él la virgen más importante era – con aire de suspense – «María Santísima de Nazaret»
Realmente somos capaces de valorar y de comprender que María, madre de Jesús, la elegida por Dios para que fuese el primer sagrario de la historia, la que nos consuela cuando acudimos a ELLA, la que nos alienta, la que intercede por nosotros, es solamente una misma divinidad, bajo diferentes nombres denominados advocaciones, como es Rosario, Auxilio de los Cristianos, Esperanza, Desconsuelo, Misericordia, Dolores, Mayor Dolor, Piedad, Angustias, Desamparo, Refugio, Salud, Rocío, Lágrimas, Paz, Concepción, Socorro, Remedios…
¿Por qué despreciamos constantemente a tantas imágenes marianas porque sus escultores no pudieron ser Juan de Mesa como es el caso del Nuestra Señora del Valle de Sevilla, o la desaparecida Hiniesta Dolorosa de Martínez Montañés o en el caso de la Divina Pastora de Santa Marina por Ruiz Gijón?
Lo mismo ocurre cuando hablamos de imágenes cristíferas, ya sean crucificados, nazarenos, cristos yacentes, azotados… no todas las imágenes pudieron ser creadas por las mismas gubias que tallaron a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento de nuestra ciudad – siendo poco objetivo – tampoco pudieron ser tallados a la vez que fue tallado el Señor de Sevilla.
¿Qué afán nos mueve destruyendo, si están mejor policromadas, o si llevan sayas bordadas de Esperanza Elena Caro o por el mismísimo Rodríguez Ojeda?
¿Realmente analizamos detenidamente en lo que creemos? ¿Es cierto que el cofrade andaluz lleva en su adn tener que ser mejor pisoteando a otras imágenes, o hundiendo y criticando constantemente hermandades cuyo fin es el mismo que la de uno mismo?
Comienza el curso y siempre está bien pensar en lo que realmente creemos y sobretodo en los dogmas que sustentan nuestra fe católica.