La Virgen María,es Madre de Dios y nuestra. Los cristianos católicos utilizamos las advocaciones como formas de llamar a la Virgen en alusión a dones, atribuciones o virtudes, por ejemplo la Esperanza, o a imágenes de la Virgen a los que le tiene especial devoción. En la Semana Santa las advocaciones marianas de las titulares de las cofradías, tienen en ocasión una raíz o una relación con la Iglesia, gremio, parroquia… Angustias, Misericordia, Dolores, Encarnación.
También las advocaciones marianas de nuestros titulares, se basan en las letanías lauretanas que se rezan en el rosario. Letanía proviene del vocablo griego «litanéia» que significa súplica, rogativa.
«Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-suplica» así define el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones» que elaborase en 2002 la Congregación del Culto Divino y La Disciplina de los Sacramentos, el cual a su vez recomienda un uso moderado por el cual nos dice que «No sería útil, desde el punto de vista pastoral, una proliferación de formularios de letanías».
Me decía un amigo que el opinaba que la fe es una cuestión individual, que cada uno la debía de vivir a su manera. Pero cuando rezamos o en nuestro día a día, ¿Dónde está Dios, dónde está Su Bendita Madre? No me toca a mí hacer aquí una tesis teológica sobre el tema, ni lo pretendo.
Personalmente soy de los que gusta rezar en el sagrario, al menos así me enseñó mi padre cuando cada vez que llegaba a la hermandad me lo encontraba arrodillado ante el sagrario y dedicaba unos minutos delante de Él. A la Virgen, soy de la Virgen la Estrella hasta la última célula de mi cuerpo, nada nuevo, pero siempre rezo a María con el «Bendita sea tu pureza…».
Otra práctica que tengo cuando el tiempo me lo permite es la del rezo del Santo Rosario. Qué bonito es el rezo del rosario y que paz tengo al terminarlo, la meditación de los misterios, todos esos Ave María,-háganlo, se lo recomiendo y si lo hacen, récenlo más-.
Y las letanías, que me parecen preciosas: Torre de David, Arca de la Alianza, Refugio de los Pecadores,Madre purísima… son algunos ejemplos conocidos por todos, pero no dejo de rezar unas letanías porque me gusten más o menos, cuando al fin y al cabo todas son invocaciones a la Virgen, todas. porque Ella es Santa Madre de Dios…y Reina de la Paz.
Pero parece que para nosotros los cofrades la Virgen María es una y no otras.