En una montaña de la Axarquía malagueña – concretamente en la localidad de Totalán – un grupo de ocho mineros excavan milímetro a milímetro los escasos centímetros que les separan del pequeño minero Julen, sus equipos y sus manos están totalmente desconectados y alejados de la vorágine de medios de la comunicación de todo el mundo, con más de un centenar de periodistas, cámaras, equipos móviles, teléfonos móviles con las diferentes redes sociales preparadas para dar minuto a minuto cualquier movimiento en la operación bautizada como “esperanza”.
Las redes sociales y los medios de comunicación son una estupenda vía para llevar información a cualquier persona esté donde esté.
Vemos publicaciones de robos, pérdidas de animales que por suerte tienen un final feliz o desgraciadamente no, pero aún así compartimos, hablamos con los más cercanos de lo que acabamos de ver y ayudamos -dentro de nuestras posibilidades – que los hospitales necesitan sangre o que cualquier orden religiosa necesita ropa o productos de primera necesidad para los más necesidades.
Como bien decía el periodista deportivo – q.e.p.d – Andrés Montes:
«¡Porque la vida puede ser maravillosa!»
Pero querido Andrés, la vida también nos muestra el lado más ruin y cruel del ser humano ya que existen personas – refiriéndonos al tema del pequeño Julen – que se dedican a escribir desde el salón de su casa bulos sobre la familia del pequeño y se aventuran a decir improperios y escenas más típicas de una novela policiaca que de lo que dictamina la propia realidad de unos padres desconsolados por la pérdida en menos de dos años de su segundo hijo.
Hay personas que son capaces de crear cuentas falsas en redes sociales para insultar a políticos, personas, con pseudónimos que por más veces que lo leas es más típico que salga de la mente de Homer Simpsons que de un individuo de carne y hueso.
Actualmente utilizamos twitter para conocer al segundo la rigurosa actualidad – aunque debes de reconocer que haces muchísimo tiempo que no tuiteas como lo hacías a principio de década – o Facebook como herramienta para ver que hacen tus amigos o estar informados del día a día de tu hermandad.
Estas redes sociales llegan hasta las puertas nuestras cofradías, para algunas es un mundo inexplorado que parece ser que se quedaron en el Messenger 5.0 que llevaba pre instalado Windows XP allá por el aquí 2001, donde agregabas a un contacto y lo único que hacía eras hablar con él y esperar a que nadie tuviese el valor de llamarte por teléfono porque tu conexión sufría una caída que no la tuvo ni el crack del 29, porque te tocaba negociar con tu madre el tiempo de la llamada tan urgente que la había hecho la vecina para contarle cualquier cotilleo de ultimísima hora y actualidad en el vecindario.
Llegados a este punto me gustaría adentrarme en la relación entre hermandades y las nuevas tecnología porque – imaginaros escena de pánico total en una película de miedo de los años 60 – aún hay cofradías que no están conectadas a la realidad de las redes sociales.
Hay un grupo minoritario de nuestra localidad de las hermandades que no tienen ninguna red social pero por otro lado poseen un grupo hermanos interesados en que toda la hermandad esté informada de los actos, cultos, convivencias de subir fotos antiguas o de crear polémica en un grupo en Facebook ajeno al visto bueno de la Junta de Gobierno de la misma.
Otro grupo de hermandades, tienen a su disposición diferentes medios su última publicación fue hace unos cuantos años – exactamente coincide con un cambio de junta normalmente – .
Pero dentro de la tónica habitual estén más o menos actualizadas, todas las hermandades poseen redes sociales y las utilizan en su día a día para informar de fallecimientos, noticias, contrataciones, renovaciones etc..
Dejando analíticas aparte quiero adentrarme en qué consiste realmente esta publicación mía.
Me gustaría que busquéis varias publicaciones en Facebook – debido a su extensión en caracteres -y veáis como están estructuradas, escritas y si realmente tiene la finalidad de informar.
Después de haberlo hecho durante mucho tiempo he podido confirmar la existencia de tres tipos de personas que se dedican a llevar este tipo de labor.
1.Tipo Gustavo Adolfo Becquer
Son aquellos que su nivel de glucosa en sangre es superior a la media a la hora de escribir, se empapan de Barbeito y sus escritos suelen ser corregidos por premios planetas.
Rima X
“Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman;
el cielo se deshace en rayos de oro;
la tierra se estremece alborozada;
oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas; mis párpados se cierran… ¿Qué sucede? –
¡Es el amor que pasa!”
2.Tipo Mariano Rajoy
Dícese de aquellas personas que de manera reiterada suspendieron lengua y literatura, se negaban a realizar la lectura trimestral en cuyos títulos rezaban obras como Fray Perico y su Borrico, La Cruz del Dorado o El Capitán Nadie, pero que por caprichos del destino le han ofrecido llevar las redes sociales de la hermandad o de forma asombrosa ser el secretario y son capaces de escribir cosas tan liantes que sus neuronas le declaran en ocasiones la huelga.
Ejemplo:
“Una cosa os digo, catalanes: es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”
3. Tipo Humanus Comunis
Cualquier tipo de persona que cuando escribe una publicación, carta o correo electrónico estructura previamente en su cabeza qué desea escribir para desarrollarlo posteriormente y que todo el mundo que lo lea quede informado.
Ejemplo:
“Se informa a Hermanos, fieles y devotos que
hoy sábado 26 de enero, la iglesia permanecerá cerrada debido a los trabajos de
limpieza que la mayordomía de la hermandad está realizando en su interior.
Disculpen las molestias”
Ninguno de los presentes tenemos la destreza que un licenciado o graduado en periodismo a la hora de desarrollar un escrito, pero si es cierto que sabemos realmente cómo queremos ser informados y creo que de la forma más clara y concisa.
También a la hora de ver una publicación es más ameno ver una fotografía o un video breve- uno que no son veintidós – donde nuestra atención conecta más rápida con la idea que sin ver ningún archivo multimedia presente.
Todos hemos visto las publicaciones de José Antonio Núñez – @Avanticonlaguaracha – cofrade sevillano que reside actualmente en Jerez que sus coletillas como: “Gracias por darle al corazoncito” ”Bienvenidos a una nueva función “ “Hoy es martes pero no ese martes” entre otras, los cofrades las hemos hecho propias y hemos publicado en alguna ocasión .
Pero roza el ridículo cuando los responsables hacen cuentas atrás semanas tras semanas, día a día, minuto a minuto, amaguen con ser igual que él, porque como bien dijo un borracho, no es lo mismo tener gracia que ser gracioso, con lo primero se disfruta y es divertido, pero la segunda provoca en muchas ocasiones irritaciones innecesarias.
Creo que no es tan difícil llevar a cabo una labor como ésta dándole naturalidad a las publicaciones, donde todo sea legible a la vez de entendible, sin faltar de ortografía y de coherencia. Ser que lo fácil es copiar y pegar publicaciones, debemos de tomar ejemplo a profesionales de la comunicación como son los que llevan las redes sociales en cofradías de Sevilla.
Yo lo dejo caer, coged la idea si quereis…