Circula por el ecumenismo cofradiero de las calles de nuestra ciudad, un fuerte rumor que habla de una corriente contundente pensadora de cambios en cierta cofradía del Miércoles Santo.
Por lo que parece, los últimos cambios que han dispuesto en la cofradía, les ha sabido a poco.
Y es que bien es cierto que en las hermandades se trabaja constantemente durante trescientos setenta y cuatro días, para la mejora en una única jornada. También es reseñable que no todo lo que sea susceptible a cambio, supone precisamente una mejoría.
Hoy quiero hablarles claro, pero prefiero hacerles una pregunta para colocarles en situación: ¿Cambiarían ustedes un antiguo Roll Royce por un Renault nuevo de paquete?
Básicamente ese es el planteamiento imaginativo que plantean por San Lucas. El cambio de un palio con bambalinas bordadas excepcionalmente, por el Convento de Religiosas de Santa Isabel en 1963 en un dibujo que se centra sobre fondo terciopelo negro, por unas de cajón que arropen el dolor de la bellísima imagen titular de la Hermandad de las Tres Caídas.
¿Tantas cosas que cambiar en nuestras cofradías y pensamos en eliminar lo que está bien? ¿No encontramos una dirección lo bastante adecuada para una hermandad que se presupone está lo suficientemente asentada en cuanto a estética?
Todo es mejorable pero, despropósitos los justos. ¿No creen?