José Ángel Ferrer García.– Comenzamos el nuevo año con ilusión, ganas, muchísimos deseos, resacosos, con algunos kilitos de más, al parecer como dice muchísima gente “Año nuevo, vida nueva” todos creemos en la posibilidad de volver reinventarnos y volver a ser capaces de cambiar en un corto periodo de tiempo lo que no hemos podido hacer quizá en las 365 oportunidades que el año pasado nos brindó.
«Día 1, año del señor 2016»
Seamos realistas; te apuntarás al gimnasio el 8 o 9 de Enero y el 1 de Febrero ya estás dándote de baja porque entre llevar los niños al colegio, el trabajo, los estudios o algún impedimento más te es imposible dedicarte un poco de tiempo.
Lo mismo ocurre con los buenos propósitos de cara a la galería católica, ir a misa todos los domingos, ir a los cultos de nuestros titulares en nuestra Hermandad, ir más por nuestra cofradía a parte del día de sacar la papeleta de sitio…
Esta fiebre dura lo mismo que una piruleta en la puerta de un colegio de primaria o un martillo libre sin su correspondiente “curriculum capatacis”.
Los costaleros no iban a ser menos y existe un gran número de miembros dentro de este grupo que no es capaz de asentarse en una sola cuadrilla o dos, si no que deambula de un paso a otro sin la palabra más importante dentro de este mundo: el compromiso.
Muchos costaleros con una corta edad comenta a su compañero “yo he cumplido aquí un ciclo” “yo me voy a Sevilla con fulanito” y son palabras vacías llenas de sinsentido que al final pasan factura no en su vida de costalero, si no en su vida personal.
También es muy usual escuchar a un costalero aquejarse de una enfermedad para dejar un paso y aspirar a entrar en otra cuadrilla el mismo día “problemas de espalda” “problemas con las piernas” a más de uno lo ponía yo a hacer sentadillas para que le doliesen las piernas…
A parte del compromiso que hay que tener, hay que ser educado y ser sincero, si te ha ocurrido algo, si no te convence el ambiente las formas del capataz la mejor manera de decirlo es con la palabra, no escrita a través de un WhatsApp o conversación de Facebook, si no de la que sale de nuestra boca cuando nos encontramos delante a esa persona.
Creo que no hay mejor manera de comenzar el año que comenzar siendo sincero con las personas pero sobretodo con un mismo. Si engañas a alguien, te estás haciendo una falsa idea de ti como persona y hay que ser capaces de volver a recordar que en un tiempo había mejores manera de hacer las cosas, dando la cara y siendo sinceros.