José Ángel Ferrer García.- Al parecer el ser humano social del siglo XXI ha dejado de utilizar una palabra muy repetida en una época anterior no muy antigüedad – quizá por nuestro nuevo estilo de vida o quizá porque nos hayamos convertidos en unos maleducados en potencia sin más razón- la empleábamos si algún vecino nos decía el paso para pasar a la “casapuerta”, cuando nos felicitaban en el día de nuestro cumpleaños o de nuestra onomástica o sencillamente por una labor que habíamos desarrollado durante un periodo de tiempo considerable en el trabajo, en el colegio o en alguna asociación, hermandad etc…
GRACIAS esa es la palabra, ya que como dice el dicho popular “es de buen nacidos ser agradecidos”
¿A qué viene todo esto? El lunes de esta misma semana, una Hermandad de Jerez informaba de los nuevos nombramientos con vistas a su salida procesional el Viernes Santo, ¿Cuál es la sorpresa que me llevo ante dicho nombramiento? La existencia de un nuevo capataz en el paso de palio de dicha corporación después de 30 años – si señores, ni más ni menos que después de 30 años- cerraba la nota de prensa con un “La junta de Gobierno quiere hacer una especial mención a las personas que han desempeñado estos cargos con anterioridad agradeciéndole su encomiable (…)” Si yo fuese la persona a la que le ocurre eso después de tantos años de dedicación a mí no se me podrían cerrar los ojos de asombro durante días.
Nadie es imprescindible en este mundo, por eso en los trabajos despiden personas, contratan a otras – quizá mejores cualificadas o no – fichan a diferentes jugadores de futbol y en este mundo ocurre exactamente lo mismo, pero todos esos cambios no ocurren porque nuestros amantísimos titulares aconsejan o comentan qué es lo mejor para las Hermandades, éstos suceden como los delitos – con alevosía y premeditación – a lo que yo añadiría también el adjetivo de “amiguismo” ya que en nuestras decisiones quiero a gente que piense igual que yo y sobretodo que acate todo lo que yo le diga, sin que se desvie “ni una mijita”
Pero resulta que después de ser el tema de conversación de todos los cofrades, la hermandad emite un comunicado justamente en la madrugada del Jueves en la cual recapacitan de que su breve agradecimiento a una persona que ha dado tanto por su hermandad no ha sido el suficiente ni merecido, así que lo extienden con unas bellas palabras escritas por una persona que desde aquí la invito a escribir un libro de poema y pregones cofrades.
Menciono al dicho que cité al principio, “es de buen nacidos, ser agradecidos” pero le añado otro más “rectificar es de sabios”.
La pasada semana hice un examen de conciencia respecto a ayudar y acordarnos de las personas desfavorecidas con las que convivimos diariamente, esta semana -ya que nos encontramos inmersos en el tiempo litúrgico del Adviento – no me gustaría dejar pasar este asunto, no el de los nombramientos, si no el de ser agradecidos con la persona que nos sirve el café todas las mañanas, el chofer del autobús cuando nos da el cambio, el hombre que nos da el periódico y sobretodo demos GRACIAS a Dios porque somos unos dichosos por poder levantarnos todos los días y abrir los ojos, por comer todos los días y tener gente que nos quiere.