Hacía tiempo que no disfrutábamos de un día así en nuestra ciudad. Hablamos en términos generales porque desde hace dos meses parece que vivimos en Londres, a los hechos debemos remitirnos con la lluvia y el frío que hemos venido sobrellevando en estos últimos meses. Y las cofradías, sabias en sus quehaceres, aprovecharon para hacernos vivir una jornada inigualable.
Humildad y Paciencia, denota la seriedad en el cortejo marcando los tiempos durante todo su transcurrir. En un suspiro pasa su cortejo tenue pero compacto. Siguen contemplándose detalles del paso que nos hará tener otra joya mas próximamente.
La Clemencia sigue creciendo en todos los sentidos. El sabor a barrio que traen sus nazarenos es impresionante y su paso de palio es una gozada. Especial mención debemos hacer del exorno floral de sus pasos: exquisito.
Defensión nos regaló nuevamente momentos inigualables ante sus titulares. El andar de sus pasos se torna mas elegante si todo confluye en sí. Ayer confluía de una manera absolutamente perfecta.
El Amor nos traslada hasta la cima de la perfección junto a la Virgen de los Remedios, la gran joya de la Semana Santa hace del conjunto del misterio un auténtico lujo con el que los sentidos disfrutan. Bien el andar de sus pasos.
El Desconsuelo marca tendencia. Sobre todo en su paso de misterio que relucía brillante y esplendoroso, con la impactante talle del Señor de las Penas. Ni mucho menos podemos decir que la Virgen no lo hiciera también, pero contemplando el conjunto que forma ese paso de palio, a veces nos preguntábamos si estábamos viendo Semana Santa en Jerez, o en otro sitio. Las situaciones, son las que son.
LO MEJOR
El calor que «sufrimos» en la tarde de ayer, a veces hasta sofocante pero era necesario.
LO PEOR
Contemplar el paso de palio del Desconsuelo con pocas fuerzas. Una verdadera pena, porque en ningún momento queremos poner en duda el trabajo de su capataz -Eduardo Torné- pero está claro que algo ha fallado con su nueva mesa y se pagó un poco caro.