Se acabó.
Hace ya meses se iniciaba una historia que morirá hoy, en donde verdaderamente hay que hablar.
Sobran motivos por el que estas líneas sean aliento para aquellos a los que le han dado tantos palos -probablemente hoy me los den a mi- pero es de justicia ser justos.
Manteniendo el margen lo que un proyecto puede resultar para un colectivo, debemos recordar que es lícito respetar todas las opiniones. Es más, las opiniones pueden resultar hasta cierto punto enriquecedoras, lo que debe llegar a ser o parecer, porque alcanzamos un punto de la historia en que este asunto se enquista conviertiéndose en una espiral donde nadie sabe dónde está.
Lo que no es justo es cargar contra un colectivo haciendo campaña en determinados medios o ámbitos sociales. Me niego rotundamente a masticar la realidad inoportuna que puede llegar hasta la esquina de la Alameda del Banco. ¿Acaso con insultos se consigue algo? ¿Acaso por la fuerza se van a cambiar las cosas? Pues no, señores no, además de que muchos se amparen en el cuestionamiento veraz acerca de un grupo joven y por ello ¿inexperto?
Los jóvenes llegaron siempre a las cofradías para aportar aire fresco. Pero algunos siguen sin darse cuenta.
Y lo peor es que toda la campaña ha sido amparada por intereses de unas partes u otras, el yo antes que tú, además de quedar por encima del otro.
Qué lástima que en nuestra ciudad la palabra «oficial» te suene a carrera porque no se habla de otra cosa. No interesa otro tema, porque lo fácil es sobreponerse a todo mediante la contrariedad de la opinión pública. Si, aquella que no quería gradas en el Arenal o que si por ellos fueran nuestras imágenes se quedarían enclaustradas en nuestros altares. Es fácil decir ahora que nos quieren esconder -que a lo mejor- pero no se dan cuenta que lo verdaderamente difícil es afrontar un reto para contentar a todo el mundo.
Y eso es con lo que hay que quedarse. Podrá gustar más o menos un proyecto, pero de ahí a enfrascarse en una posición ocupada en la negativa mantenida y absoluta, tampoco.
Hoy queridos Hermanos Mayores, tienen ustedes la palabra. Esa que tanto han mareado en los bares virtuales del WhatsApp, ahí es donde tienen que hablar e ir por derecho.
Si gusta y sale, bien. Sino pues también. Pero dejemos de darle vueltas a las historias.
La verdad solo tiene un camino y el futuro de esto está en vuestras manos.
¡Ah se me olvidaba! Creo recordar que es la primera vez que se va a poder votar un cambio de este tipo, con el que se puede estar o no de acuerdo, pero las cosas se hacen de frente.
¡Siempre de frente!