Que el jerezano José Luis Romeral tiene un don especial en sus manos, se palpa abiertamente en su trabajo en torno a las cofradías.

No solo muestra su enorme maestría en el arte de vestir a la Virgen, demostrándolo con creces en los atavíos de las imágenes a las que se encarga de acicalar, entre las que se encuentran Salud y Esperanza, la Virgen del Amparo, Santa María de las Lágrimas o la Virgen del Desamparo.

La labor de este artista va más allá, centrando su trabajo en la multitud de imágenes que a semejanzas con las originales, han ido saliendo de sus manos: dolorosas como la Virgen de la Estrella, Dolores del Cerro, la Esperanza de la Yedra, la Estrella de Triana o la mismísima Virgen del Mayor Dolor.

Es precisamente en los rasgos de esta última, de los que a buen seguro se ha podido inspirar el propio autor para realizar su última obra. Una imagen dolorosa de 120 centímetros en barro cocido, policromado al óleo, madera y ojos de cristal. Hablamos de la primera obra de creación propia, suponiendo un salto de calidad en su trayectoria que -según el propio artífice- muestra su lado más personal junto a otra imagen de carácter letífico que dará a conocer próximamente.