Alejandro Ivison Castaño.- Hoy no es un día cualquiera, hoy es un día que año tras año tenemos marcado en el calendario todos los cristianos, y en especial, los cofrades, un día en que marcamos nuestra cabeza con ceniza como símbolo de nuestro efímero paso por esta vida y como signo de que comenzamos un periodo de ayuno, penitencia, oración y conversión.
Hoy no es un día más. Hoy se abren las puertas de la iglesia de San Miguel, y allí, en el Sagrario, nos espera el Santo Crucifijo de la Salud para anunciar que ya es Miércoles de Ceniza, que ha terminado el carnaval y ha llegado la Cuaresma.
Es un buen momento para plantearnos como queremos vivir la Cuaresma, si nos dedicaremos sólo a asistir a los cultos y actos que organizan nuestras hermandades o si queremos vivir este tiempo como preparación, como tiempo de ayuno, abstinencia, y oración, como preparación para la llegada del Jueves Santo y para la Pascua de la Resurrección.
Aprovechemos pues este tiempo que se nos presenta ahora para prepararnos para la llegada de la Semana Santa y de la Pascua. No nos quedemos solamente en esas noches de montaje, de ensayos, en esos días de besamanos y besapiés, y en todo aquello que conforma nuestra cuaresma cofrade, sino que debemos aprovechar este periodo de ayuno, penitencia y oración para que nos sirva como período de conversión.
Una vez más, anticipándose a la primavera, y tras una espera que año tras año se hace eterna, hoy es de nuevo Miércoles de Ceniza. Ya llegó la Cuaresma, aprovechémosla, y por supuesto difrutémosla.