Juan Antonio Vidal Dorado.- Hoy es día 6 de enero, día de Reyes Magos, donde una tradición muy antigua de nuestro país dicta que traen regalos a todos los que han sido buenos, y carbón a los que no lo han sido tanto. Es día de ilusiones, sobre todo de los niños, que esperan la llegada de los Magos de Oriente con mucha impaciencia. La Iglesia hoy celebra una teofanía del Señor, se manifiesta su divinidad cuando los Reyes se postran a adorarlo en el portal de Belén. Pero hay maneras más sencillas de demostrar que Jesús es nuestro Señor, sobre todo, cuando esa demostración sale del corazón de un niño. En estos primeros días del año se celebraba la fiesta del Dulce Nombre de Jesús, y salía en procesión el Niño Dios que posee la Hermandad de la Buena Muerte, y se trasladó hasta el Belén monumental de la Alameda Cristina el Niño Dios de la Hermandad del Nazareno para la adoración de los Reyes de la ciudad. Y es ahí donde Cristo se manifiesta, en los niños, en sus caras de ilusión al salirse del paso, o cuando alumbran su caminar con una luz que sale del corazón. Los niños serán el futuro de nuestras hermandades y en nosotros esta su formación y su preparación para ser buenos cofrades, y sobre todo, buenos cristianos. Me alegra enormemente ver como el Niño Dios de la Buena Muerte estrenaba paso, porque esos niños merecen una procesión como la que hicieron, a la altura de un grupo humano que dará que hablar en los próximos años por su preparación y porque son cofrades de verdad. Estos niños de escasa edad, ya han demostrado mucho más que alguno que peinan canas, sobre todo, porque les encanta lo que hacen y viven en cofrade.
Afortunadamente, cada vez son más protagonistas los niños en nuestras cofradías habiendo varias procesiones infantiles consolidadas a lo largo de los años como la Virgen de la Palma del Cristo del Amor, Santa Ángela de la Cruz del Consuelo, Cruces de Mayo en el Soberano Poder, Lanzada y la Sed, y así un largo etcétera en el que las cofradías echan el resto para que sus niños comiencen a vivir la fe en cofrade.
Este es el camino que hay que seguir, siempre mirando a los niños y a los jóvenes, invirtiendo en ellos, nuestro futuro estará garantizado. Pero aún nos falta el colofón a las fiestas navideñas, ese final que siempre tuvo Jerez y que ahora vuelve a resurgir como sueño de muchos, por eso me atrevo a escribir a los Reyes Magos de Oriente con la siguiente petición.
Queridos Reyes Magos:
Cada vez nos traes más procesiones infantiles porque hemos sido muy buenos. En ellas se ve la fe de los niños y de los mayores que se postran a contemplar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Por eso te pido que el año que viene, en la Octava de Reyes, vuelva a salir el Niño Jesús de la Virgen del Carmen como hacía antaño. Jerez necesita de Él, necesita verlo con la corona que le ofrendó en el 25 y sentir que se sigue manifestando en nuestros corazones. Ese sería el mejor colofón de una Navidad de los niños para el Niño.