Alejandro Ivison Castaño.- Hablamos siempre del avance que han supuesto en nuestras vidas las nuevas tecnologías, esas que no paran de avanzar y que usamos diariamente, sin ser conscientes muchas veces de la repercusión que tienen o pueden llegar a tener en nosotros o en la gente que nos rodea.
Estas nuevas tecnologías son además un estupendo medio de comunicación que permiten,entre otras cosas, que las Hermandades puedan tener una comunicación fluida y constante con sus hermanos, y con todas aquellas personas interesadas en saber los actos que organizan dichas hermandades para poder estar informados y poder participar en estos, ya sea por medio de redes sociales, correos electrónicos o mediante alguna aplicación como la que ha creado recientemente la Hermandad de La Vera-Cruz.
Pero estas nuevas tecnologías no siempre son bien empleadas, y los cofrades tendemos a convertir las redes sociales en aquellos sitios en los que siempre se ha dicho se hablaba – y se sigue hablando – de cofradías, sin importar demasiado quien podía estar escuchando: la barra de un bar.
En las últimas semanas se han tomado una serie de decisiones en algunas hermandades que parecen no haber gustado a algunos de sus hermanos, y sorprende ver cual ha sido la reacción de estos hermanos – y en ocasiones no hermanos – ante estas decisiones que ellos consideran incorrectas y/o injustas, que no ha sido la de acercarse a la Hermandad y dialogar con el Hermano Mayor o con algún miembro de la junta de gobierno, sino que se han dedicado a escribir , o más bien criticar en las redes sociales, estas decisiones que ellos consideran no son acertadas.
Esta situación se agrava cuando además de manifestar dicha disconformidad se cae en el insulto o el menosprecio hacia otras personas que, acertadas o no, toman decisiones amparados por la legitimidad que les otorga haber sido votados por los hermanos de su cofradía.
Y el problema es que, es cada vez más frecuente que cuando a alguien no le gusta algo se dedique a soltar algún “recado” en alguna red social, para que cuanta más gente lo vea mejor, y el que quiera que recoja.
Flaco favor le hacemos a nuestras Hermandades, y al mundo de las cofradías en general,si seguimos aireando nuestros “trapos sucios”, destapando nuestras vergüenzas y dando más que hablar a una sociedad que mira con lupa todo este mundo que rodea a las Hermandades y a la Iglesia.