Parecía que no llegaría nunca, pero tan deprisa ya se ha asentado la Cuaresma ante nuestras narices.
En el polvo culminante de las cenizas proveniente de las palmas, se plasma la ilusión de una nueva primavera, esa que busca la llegada de un nuevo Domingo de Ramos. Y mientras, la espera que es la que sirve para disfrutar.
Feliz inicio de la espera.