No eran las ocho de la tarde cuando ya se notaba el calor del pueblo jerezano, los cuales sustituían esas grisáceas vallas. La gran afluencia de jerezanos llenaba Santiago, ya que ninguna imagen ni el Santísimo se cobijaban en esta antiquísima Iglesia. Cuadros, imágenes, lienzos y columnas –ambas de altar del Prendimiento- se notaban ausentes debido por desgracia al robo. Algunos cuadros como imágenes se encontraban guardados en el Asilo de San José y en la Iglesia de la Victoria.
La conferencia del arquitecto Emilio Yanes fue precedida por unas palabras del Obispo de nuestra Diócesis Don José Mazuelos. Esta exposición del arquitecto restaurador de Santiago fue exquisita, mostrando imágenes del proceso y el pésimo estado en el que se encontraba la misma. “El agua, la humedad y la calidad de la piedra hacían que se encontrara en estas condiciones tan precarias” comentó Emilio Yanes.
Gracias al trabajo, reforzamiento de pilares y limpieza se pudo abrir de nuevo la Iglesia de Santiago, ya que “la limpieza es esencial” como señaló Yanes.
Cuando esta conferencia finalizó, una multitud de personas recorrieron este templo, aún vacío. Recordando en cada rincón esos momentos que parecían olvidados, pero al volver ver Santiago abierto, alumbraron su memoria. Si te desplazabas por las dependencias de la iglesia, solo escuchabas palabras emotivas de boca de aquellas personas de mayor edad como “¡qué alegría, por fin Santiago abierto!” o “¡Dios mío!, me he emocionado al entrar”.
Santiago abrió sus puertas. Santiago, sigue vivo.
Fotografía: Lucas Álvarez.