Llego la noche del año para el cofrade, la Noche de Jesús o Madrugá, jornada grande de la Semana Santa jerezana, y posiblemente la que en conjunto es más devociónal.
Para empezar desde el templo catedralicio de San Miguel nos llega la cofradía del Silencio, el Santo crucifijo de la Salud es unos de los mejores y portentosos crucificados, que junto a la Virgen de la Encarnación y magnífico palio no hay que perderse en su ya más que típica salida y su ida por Plateros y Tornería o su regreso por Alameda Vieja, entorno espectacular para presenciar la hermandad y de nuevo en su recogida dando fin a la noche.
Este año en segunda posición debido a la permuta de orden de paso producida nos llegará Jesús, a secas, el Nazareno, pero en estos lares es conocido como Jesús y es quien le da nombre a esta noche. Esta hermandad puede disfrutarse por cualquier parte del recorrido, por destacar su salida con todas las mujeres esperándolo pero sobre todo su regreso por Carpintería y la mágica mañana por calle Larga, Cristina y recogida, siendo uno de los momentos típicos jerezanos de nuestra Semana Santa.
Debido a la permuta mencionada en tercer lugar se encuentra la cofradía de las llagas, el señor de la Vía-Crucis y la primera de las Esperanzas, el señor es por situación del templo, el señor del centro ya que al encontrarse en pleno mercado de abastos recibe miles de visitas durante todo el año por lo que tiene un acompañamiento importante de fieles en esta noche y de la que no hay que perderse su salida, su transitar por el barrio de San Pedro y su regreso por Plaza del Arenal hasta el templo con el alba ya despuntado.
Desde Santiago en esta vez nos llegan antifaces negros, con el Cristo de la Buena Muerte, y con el Dulce Nombre de María y su dulce mirada. Una cofradía que no deben perderse en su barrio tanto a la salida como sobre todo por la mañana en su regreso, dejándonos momentos de muchísimo sentimiento y cargados de saetas, además de destacar su transitar por Carpintería Baja y Tornería con imágenes bellísimas
Como culmen de una noche mágica y broche de platino, la Hermandad de la Yedra, con Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que posee seguidores fieles durante toda la noche y Nuestra Señora de la Esperanza, una de las grandes dolorosas de la ciudad, alma de la madrugá y sobretodo de su mañana. La yedra puede disfrutarse en cualquier parte del recorrido por destacar algunos, en la noche su salida por el barrio hasta Cruz Vieja y Pedro Alonso, su llegada al barrio de San Pedro por Bizcocheros, siendo uno de los momentos más mágicos de la Semana Santa y ya en la mañana todo su regreso desde Plaza del Arenal, Corredera y calle Sol, dónde cada chicotá, es un momento inolvidable, y como no la recogida siéndo la última de esta jornada y posiblemente la más típica y singular de la Semana Santa jerezana.